Los atisbos de una obra maestra (1º parte)

CARNIVÀLE – PRIMERA TEMPORADA

La verdad es que la definición de obra maestra va a perder importancia de tanto ser usada por aquí y por allá pero permitidme esta vez que aluda a esa definición para hablar de la primera temporada de Carnivàle. Esta serie es otra de las que se engloban dentro del sello HBO, esa cadena que con escarbar en su repertorio te puedes encontrar con autenticas joyas seriefilas de sobra conocidas. Carnivale es otra más. No la veo por debajo en cuanto a calidad ni propuesta respecto a sus compañeras de parrilla pero tiene un problema: que nunca sabremos hasta donde pudo llegar. Yo debo ser una causa perdida porque me acabo enamorando de las series sin futuro lo cual es mosqueante porque se te queda una cara de no saber a quién maldecir una vez acabadas que es algo demasiado frustrante. Daniel Knauf, su creador, confesó que Carnivale iba para cinco o seis temporadas y que con esa trayectoria habría más que suficiente para explicar toda su andadura pero las audiencias y el gran coste de producción que tenía detrás la convirtió en una apuesta poco viable y rentable para la cadena por lo que se cerró el carnaval antes de hora. Ya tengo en mi haber a la Firefly 2.

Carnivàle representa las ganas por hacer algo diferente. Es una especie de aire fresco que no tardas en captar en cuanto le hincas el diente al piloto y ves al mítico Michael J. Anderson haciendo un monologo sobre algo que no entendemos pero que ya te reconcome por dentro. Quieres más y saber que hay detrás de Carnivàle. Nunca una serie necesitó tan poco tiempo para llevarte a su terreno. Hay quien dice que es una de las series más inclasificables vistas y la verdad es que razón no les falta, de hecho creo que no tiene un género específico al que acogerse. Se mueve entre el drama, la fantasía, la ciencia-ficción y no evade el tono histórico en el que está situado. Es un compendio magnifico que no se avergüenza de nada y por ello consigue brillar como quiere y cuando quiere lo que siempre es un lujo, más cuando a nivel creativo no siempre se les deja demasiada libertad a los creadores. Aquí sí y se nota.

La historia es difícil de explicar. En pleno 1934, tras la Gran depresión económica, la sociedad americana vive uno de sus momentos más amargos donde miseria, hambre y desesperanza son el pan de cada día. Carnivàle se presenta como un grupo de feriantes ambulantes que se van moviendo de un lado para otro con el objetivo de sobrevivir y de paso animar algo a esa muchedumbre desalentada. Dirigidos por el enigmático Samson acabarán pasando por Milfay topándose así con Ben Hawkings, un joven que tras perder a su madre deberá tomar la decisión de seguir adelante o hundirse en la miseria. Análogamente, la historia se centrará también en una pareja de hermanos (Justin e Iris Crowe) regentes de una iglesia en la que intentarán transmitir el mensaje de dios. Hasta aquí nada raro pero la serie tenía demasiados ases guardados bajo la manga y se va volviendo terriblemente enigmática y cautivadora.

Lo que en un principio parecía una serie destinada más al drama social se va tornando terriblemente mística y especial. Sueños, premoniciones, hechos inexplicables, habilidades sobrehumanas…etc. son algunas de las señas de identidad que van adornando a la serie y digo adornando porque en los 12 capítulos que dura la temporada no hay indicios claros de nada hasta la season finale. El ritmo de la serie es muy particular y no da demasiada información por lo que puede que frustre al espectador ansioso pero ese tono contenido no resta en seducción e hipnotiza con una facilidad apabullante. Aún recuerdo el final del segundo capítulo (After the ball is over), más reservado que el piloto y sin embargo no puedes dejar de alucinar lo genial que es su cierre cuando las siamesas entonan la canción. Pero la cosa va a más cuando llegan Black Blizzard y Babylon. A partir de estos dos capítulos la serie comienza a molar demasiado. Ya no sabes por dónde puede ir la narración, estás perdido aun teniendo información y las preguntas acosan tu mente. Más adelante vas hilando por donde pueden ir los tiros pero tampoco llegas a ninguna revelación clara con Lonnigan Texas e Insomnia, otros dos capitulazos. Los últimos ya te revelan gran parte del misterio convirtiendo a The day that was the day en un cierre de temporada de manual. Perfecto, adictivo y brillante como hacía tiempo que no veía. El momento del estruendo (por decir uno) junto a las caras de los personajes al oírlo es la tuya propia. ALUCINANTE.

Y qué decir del reparto. La feria está plagada de gente particular: Samson, el director perspicaz e imprevisible, el enigmático Lodz y la picarona Lila (la mujer barbuda), la encantadora de serpientes Ruthie, las adivinadoras Sofie y Apollonia (mucho tienen que decir estas dos), la familia Dreifuss con la imponente Rita Sue a la cabeza o el hombre de confianza de Samson y el jefe obrero por excelencia de la feria, Jonesy. Luego tenemos a Ben y a los dos hermanos Crowe. El primero quiero creer que está por explotar aunque me convence su papel de chaval desorientado mientras que los hermanos son una especie de bomba que nunca sabes cuando va a explotar. Por cierto, prohibido ver esta serie sin escuchar almenos una vez la voz original de Clancy Brown en su papel de hermano Justin. Impone.

Técnicamente esta serie es una maravilla. Ya no solo por esa ambientación y puesta en escena sucia y andrajosa propia de la crisis de entonces sino porque da la sensación que estás plenamente integrado en esa época. El vestuario, los decorados, los materiales de la feria o simples detalles como pueden ser un coche de la época o una cajetilla de cigarrillos. Da gusto ver cosas tan bien hechas. Lo mismo podemos decir de la música hipnótica de Jeff Beal o ese opening que mira de tu a tu a los mejores de la historia.

En fin, amo Carnivàle y todo lo que parece cocerse para la segunda temporada. Al volver de mis breves vacaciones la comenzaré y a ver si me entero quien es Scudder, el patrón y toda esta panda de adorables personajes.

Salu2!

PD: Me encanta

PD2-Shonen: El pelirrojo dice que esto se acabó (que diosada); Naruto le dice a sus colegas que Sasuke es suyo (y de nadie más…secundarios FAIL); Isshin aparece (para frenar tanto coolerio insoportable de Aizen, espero); los gatos se ponen chulos y quieren solucionar la que han liado; qué cansina está Lost Canvas con Shion y Lune (que acabe ya); se presentan un montón de peña de WISE (combate incoming); parece que el tal Miki será duro de roer (Kanzaki no aprende xD).