viernes, 26 de junio de 2009

El Rey del Pop se va


Haciendo un breve paréntesis entre tanto estudio infructuoso decidí ponerme ayer por la noche un rato la radio y llegaba la noticia de que Michael Jackson moría a los 50 años de edad por paro cardiaco. A partir de ese momento me invadió la perplejidad y el asombro porque comenzaba a ser consciente que se iba un artista único. Todas las épocas y décadas tienen sus referentes musicales y Jackson lo va a ser desde luego de bastantes sin duda. Revolucionó la música pop porque la fusionaba a su antojo con otros estilos como el funk, el soul o incluso el rock si me apuráis y claro, salían canciones que se vendían solas. Yo más que "Rey del Pop" como se le conoce creo que es más bien quien reinventó el género por innovar con esas mezclas de estilos antes comentada haciéndole único. Sus bailes imposibles, la puesta en escena de sus conciertos, su forma de revolucionar los videoclips (geniales casi todos) o su propia discografía (donde poco relleno hay) le han otorgado la relevancia que se merece. Te vienen a la cabeza temazos como “Billie Jean", "Thriller", "Bad", "Smooth criminal”, "Black or white", "Privacy", "Give in to me", "Remember the time", "The girl is mine",…etc. Un total de 750 millones de albums vendidos, cifra vertiginosa e impensable en la actualidad.

Sin embargo su vida se fue destruyendo poco a poco hasta ser un personaje excéntrico donde los haya. Su no infancia o su ansiedad de ser el mejor entre otras motivos le fueron mermando hasta que ayer mismo el cuerpo le dijo basta. Pero lo justo hoy es recordar su música y qué mejor que hacerlo con una actuación de Billie Jean. Ahí va:



Salu2!

PD: D.E.P

domingo, 21 de junio de 2009

Críticas cinéfilas (XXXV): Terminator Salvation


Director: McG
Año: 2009
NOTA: 5

Terminator está en la memoria colectiva de muchos de nosotros siendo un referente solido de la ciencia-ficción. Ha llovido mucho desde que James Cameron iniciara en el 84 una historia que si bien no era la séptima maravilla se convirtió en un cine de entretenimiento superlativo. Sin mucho presupuesto se puede hacer una buena película y muestra de ello es la primera entrega. Si luego amplias ese presupuesto y dotas de avances técnicos esa misma idea te sale Terminator 2 donde la franquicia de Cameron alcanzó su apogeo y una base solida de fans. Te haces un nombre, pervives en el tiempo y quien más quien menos sabe quién es John Connor o el T-800. Eso lo consiguió ese tío que ostenta ser el director de la película de mayor recaudación de la historia, Titanic y el que anda metido en esa cosa llamada Avatar que promete calidad a raudales para los amantes del sci-fi. Posteriormente fueron llegando Terminator 3 y esta última de Salvation, con un Cameron alejado ya, que ni hacían falta y que poco o nada han querido mejorar esta saga pero es lo que hay y en base a eso toca opinar. Un poco de sinopsis de Salvation:

“2018. La humanidad se halla en guerra contra las maquinas de Skynet. Christian Bale se meterá en el papel de John Connor para liderar la resistencia contra las maquinas. Sin embargo el futuro en que creía Connor se verá alterado con la entrada de Marcus Wright, personaje cuyo último recuerdo es estar en el corredor de la muerte. Como es menester, la humanidad deberá lidiar contra las maquinas, las cuales ya preparan su ofensiva definitiva.

Terminator Salvation, haciendo un lamentable juego de palabras, no es ningún tipo de salvación para una saga que no precisaba de nuevas entregas para reivindicarse. Ya lo avanzaba en el párrafo inicial pero ampliando diré lo más obvio y que ya viene perpetuándose desde hace años: los productores no se mojan y apuestan por la explotación de lo ya conocido siendo esta cuarta entrega de Terminator otro ejemplo más de ello. Mejor reclamo que poner Terminator en un cartel no te lo va a dar desde luego un titulo nuevo, pensarán, pero ya que lo haces escribe algo de guión e intenta contentar, al menos, a los que pensaban que Terminator Salvation podía ofrecer alguna esperanza tras la floja tercera parte de Mostow.

Y bueno, la premisa inicial no era desde luego mala. Desde que se mentara ese futuro terrible y oscuro dominado por las maquinas muchos imaginábamos que esta película era posible y muy válida con un John Connor como líder de la resistencia. El cambio de registro iba a ser notable pero estábamos preparados para ver otro salto temporal y creo que podía ser incluso positivo para tener una visión global de la saga pero esta película es un quiero y no puedo. A McG se le escapa la película de las manos salvo en el apartado artístico y técnico, que abunda sobremanera. Es tal la descompensación que no es raro que salgas del cine acordándote de la moto terminator y no del porqué estaba Kyle Reese el primero en la lista negra de Skynet. Tampoco hay intentos en profundizar en la Resistencia y en sus dirigentes (bueno sí, que iban en submarino) como tampoco en los pocos personajes principales. En un futuro asqueado tiene que haber personajes carismáticos que te metan la adrenalina en el cuerpo pero no, para esa labor está la acción, que no descansa desde el inicio mismo y que satura con facilidad. La vertiente humana está muy desaparecida y escasean esos dilemas que supo introducir con gusto Cameron en un personaje como Sarah Connor (por decir uno) y que aquí ni se huelen. No es raro pues que nos sea imposible establecer algún tipo de conexión con los personajes, todos fríos a nuestros ojos y sin alma ninguna. La falta de emotividad le pasa mucha factura a la película pero ante eso, McG nos propone un espectáculo de pirotécnica metálica descomunal con una puesta en escena sucia, plagada de extensiones arenosas y yermas y con un ambiente desolador propio de una guerra. En eso la película cumple sin problemas y nada que objetar consiguiendo algunas secuencias realmente geniales pero yo necesito guión y este es de ir por casa. Esto último acaba produciendo algunas incoherencias propias de sagas explotadas (¿me estáis diciendo que Skynet tiene a Reese y no lo mata porque era un plan maestro para atraer a su hijo? ¡Pero si lo tenéis el primero de la lista negra!). Hay homenajes que se dejan querer como el “volveré”, los Guns N' Roses o el T-800 (un Arnold digital). La banda sonora de Danny Elfman cumple.

"Ni chorretones de acero hirviendo me hacen algo"

Y para cerrar los personajes. Antes decía que los personajes eran vacios pero lo cierto es que hay uno que se salva de la quema, Marcus Wright, encarnado por Sam Worthington. Es el único personaje que tiene un desarrollo y que tiene algo que contar por lo que siendo justos es merecedor de ser el autentico protagonista. El John Connor de Christian Bale es decepcionante lo cual no deja de ser sorprendente ya que un actor curtido como él podía haber dado mucho juego. Le recordaremos por sus berreos por radio. Desaprovechadísimas Bryce Dallas-Howard y Helena Bonham-Carter que tienen menos papel que una Moon Bloodgood cuyos diálogos eran del nivel de “necesito calor corporal”. Correcto Anton Yelchin como Reese.

En definitiva, si os gustan los fuegos artificiales id al cine y lo pasareis bien. Le falta vida y le falta carisma pero es una cinta que entretiene. Aprobadito rascao.

Salu2!

PD: Y a ver si dejan tranquila la saga ya…

PD2: Huida frenética de ID con derrota moral de Magellan; no están mal estos de Kumogakure (a ver si duran); Shunsui y Ukitake aguantan la metralleta de ceros de Starrk; Gray y Leon vs Racer (lo de las motos me ha matao); Hades se recrea en su invitación al Lost Canvas; dos esbirros nuevos de Usui se presentan; TRC no la entienden ni las CLAMP.

martes, 16 de junio de 2009

Curiosidades (y van 12): Simona Halep y el Ctrl +W del Monkey Island

Demasiado abandonada tenia la sección de curiosidades aunque tampoco os voy a engañar porque cuando creo que tengo material para una entrada de estas resulta que o bien se me olvida por no escribirla en el momento o bien le acabo dando prioridad a las de siempre. Sea como sea vuelven las curiosidades y esta vez por dos cosas muy diferentes, una por la tenista Simona Halep y otra por la curiosidad que ya ni recordaba del Monkey Island.


No sé si conoceréis a Simona Halep (yo no mucho hasta que ganó el Roland Garros Junior del año pasado) pero el motivo de que cite a esta tenista no es por ningún merito profesional sino más bien personal. Resulta que la joven jugadora rumana quiere someterse a una operación de reducción de pechos porque asegura que mejoraría técnicamente su tenis. Asegura que le cuesta jugar tal como está ahora y que le impide moverse con soltura en la pista. Ahora es cuando yo debería hacer algún chiste fácil pero eso ya lo dejo en vuestras mentes calenturientas xD. El caso es que dándole vueltas no niego que puedan molestarle a la hora de jugar pero sinceramente lo que le haría falta a esta chica es afinar técnicamente su juego si realmente busca dar un salto cualitativo. Creo que el mejor ejemplo actual lo tiene dentro del circuito de la WTA con Serena Williams, jugadora bastante conocida que ha pulido su juego a nivel tanto físico como técnico y ahí la tenemos, número 2 del mundo actualmente (y ex número 1) con un importante carrerón a sus espaldas. En fin, que haga lo que quiera aunque una cosa está clara: se ha hecho más famosa por sus intenciones extradeportivas que por su tenis. Tiene guasa la cosa. Si se ha creado hasta en facebook un grupo en contra de la operación de Simona Halep... Ahí se queda la curiosidad deportiva.

La segunda es un cambio de registro total. Resulta que indagando un poco por la red para ver cómo iban a ser los nuevos Monkey Island para Xbox 360 y para Wii me he encontrado con esta curiosidad que no recordaba y que es bastante flipante. En la primera, tercera y cuarta entrega podías acabar el juego al instante si presionabas Control + W haciéndote la simple pregunta de “¿Quieres ganar Y/N?” Le decías que sí y aparecían los créditos. ¡Con un par, Lucasarts! Y encima al final te dice que cierres el PC y de paso te manda a dormir (como los cansinos de El Hormiguero). Mirad:



En fin, otra curiosidad de los Monkey Island que se están ganando la fama de ser los juegos con más curiosidades que uno pueda recordar. Supera con creces a otras aventuras graficas en ese sentido y bueno, ganas tengo ya de probar lo nuevo de Guybrush que, según parece, irá por WiiWare (y yo sin puntos).

Salu2!

PD: ¡GRANDE GASOL! Otro haciendo historia…

PD2: Jimbei, el gyoujin del judo marino; Sasucristo es ahora un missing nin (¿pero no lo era ya?); Stark se fusiona y liberación cool (¿alguien esperaba algo no cool?); el pesao de Gerard/Jeral owneando a su antojo; la Guerra Santa se posterga aunque Hades deja la invitación (si hay que ir, se va…); los clones se reencuentran y yo me sigo rallando más; los Brain Beasts eran mierda. Ediciones dios de Monster y Pluto (Planeta, así sí).

viernes, 12 de junio de 2009

Criticas cinéfilas (XXXIV): Un hombre para la eternidad

Director: Fred Zinnemann

Año: 1966

NOTA: 8


Sinopsis.
Enrique VIII trata de obtener el favor de la aristocracia para divorciarse de su esposa y poder contraer matrimonio con Ana Bolena. Pero sir Thomas Moro, un ferviente católico y hombre de confianza del monarca, se encuentra en una encrucijada: ¿debe actuar de acuerdo con sus ideas, arriesgándose a padecer las iras de un rey corrupto muy dado a ejecutar a quienes considera traidores, o debe ceder ante Enrique VIII, quien no tienen ningún reparo en adaptar la ley a sus necesidades?

Pues el otro día le pispé a mi padre una de sus películas aunque a él tampoco le falta tiempo para recomendarla a diestro y siniestro. Hablo de Un hombre para la eternidad aunque algunos la conoceréis más por su nombre original “A man for all seasons”. Esta película me daba miedo ponérmela por un motivo básicamente: su temática. No tengo nada en contra de las películas autobiográficas porque hay muchas y muy buenas pero andaba algo escéptico sobre cómo iba a reaccionar y encajar en mis gustos una adaptación de la vida de Tomas Moro (Thomas More), importante y relevante personaje de la historia británica. Al final todo queda en un simple prejuicio de los míos porque poco a poco la película de Zinnemann se vuelve tremendamente disfrutable. Es una película cuyo máximo son los diálogos, coherentes y no faltos de interés en cada una de las partes de la película que te invitan a la reflexión y a la crítica. De esto último el guionista Robert Bolt (guionista también de la obra de teatro referida al controvertido More) prepara bien el camino porque es en base a la actitud crítica que mantiene Moro ante los acontecimientos que se inicia para el espectador el momento de posicionarse. Como deja claro la sinopsis, estamos ante un jurista declarado, que ve la ley como algo supremo y según eso se va formando una personalidad bastante definida. Por otro lado es teólogo y vive la religión católica como algo que da demasiado sentido a su vida, situación bastante recurrente seguramente si tenemos en cuenta el periodo en el que transcurre la película (1510-1535). Por tanto las dos facetas le hacen un hombre poderoso y solido en lo intelectual y en lo ideológico lo que acaba traduciéndose en admiración por parte de unos y envidias y rencillas por parte de otros. Su relevancia llega a ser tal que acabará ocupando el puesto de Canciller Supremo con el visto bueno de Enrique VIII.

Si hay un momento que realmente es genial en esta película es precisamente la conversación que mantiene con Enrique VIII sobre leyes y derechos. Aquí, no sé si de forma intencionada o no, se nos presenta a un Enrique VIII campechano y quizás demasiado moderno para los tiempos que corrían. Hablan de jurisprudencia, hablan de amistad pero cuando sale a relucir el “quiero casarme con Ana Bolena porque Catalina me ha salido infértil y me da igual si para ello tengo que crear una iglesia anglicana” se transforma en un torbellino de encontronazos entre ambos personajes ya que Moro es lo que hoy llamaríamos un conservador de pro y viendo como óptima la legislación de entonces le daba igual que fuera el monarca o su primo que la ley y la religión eran inamovibles. Esto enlaza muy bien con la otra parte de la película, algo más floja, pero instructiva sobre un personaje difícil de achatar y al que no consiguieron doblegar a pesar de la persecución a la que fue sometido. Como dice el lema, “nunca un silencio resultaba tan molesto”.

Siendo una película de mitad de los 60 la ambientación, fotografía y vestuario son ejemplares y es de agradecer a Sony que hayan pulido la imagen de esta película en dvd como merecía aunque con una edición coleccionista un poco cutre.
Para cerrar no puedo dejar de nombrar al elenco de actores/azos que se ven por la pantalla durante los 120 minutos que dura la película. Paul Scofield como Tomás Moro está sensacional transmitiendo esa voluntad de hierro e inteligencia propias del jurista curtido. No tiene un gran protagonismo pero Robert Shaw (¡Tiburon!) como Enrique VIII se sale por los cuatro costados con sus diálogos y frases. También hace un cameo Orson Welles aunque por desgracia el papel del cardenal no tiene más presencia que la de introducir el percal. Wendy Hiller como Lady Alice Moro está correcta sin más aunque al personaje tampoco se le podía sacar mucho jugo. Leo Mckern y un jovencísimo John Hurt completan un plantel notable.

En fin, os la recomiendo sinceramente. Seis oscars y 7 BAFTA, posiblemente una de las grandes de los años sesenta, un reparto sensacional y un guion más ágil e interesante de lo que en un principio pudiera parecer. Grande Zinnemann.

Salu2!

PD: Será coleccionista por el librito que lleva dentro porque por extras…