domingo, 28 de noviembre de 2010

Los atisbos de una obra maestra (2ª parte)

CARNIVÀLE - SEGUNDA TEMPORADA


Ya he terminado mi andadura con Carnivàle y lo hago con la pena lógica de aquel que se enamora de una historia y tiene que ver como acaba. Además lo hago con algo de resentimiento porque es bien sabido que la serie sufrió el hachazo de la cancelación justo cuando mejor se ponía la cosa. Así es la vida y la televisión, no siempre lo bonito dura. En cualquier caso ya es tarde para lamentarse por esto y pensar en las tres o cuatro temporadas de más que según Daniel Knauf hacían falta para explicar todo el cuento. Ahora es mejor pensar en que nos ha ofrecido esta serie y analizar un poco el legado que deja.

La segunda temporada de Carnivàle es igual que la primera, una simple extensión que no modifica nada salvo los pasos que da su guión. Esa decisión es admirable y cuestionable al mismo tiempo. Admirable porque sigues fiel a un estilo que sabías que no estaba congregando generosas masas de audiencia y cuestionable porque era ponerte a tiro para que la guadaña de la cancelación no tuviera piedad. Así fue. La HBO cerró el grifo (muy cara de mantener, dijo) y la serie se quedó huérfana. Lo que pasa es que como ya sabían que podía pasar planificaron esta segunda temporada para cerrar todo lo posible la trama y que quedase bien aunque todos sabemos que el final es tan abierto que resulta complicado emitir valoraciones. Yo diré que me gustó bastante pero ni mucho menos me parece el mejor de los posibles.

El perfil de esta serie es prácticamente único. Años 30, EE.UU azotados por la crisis, gente vagando sin destino, pobreza, pesadumbre, dolor, fanatismos y un grupo de feriantes que se ven envueltos en una trama de tintes cuasibíblicos que sigue su curso inexorable. Desde el momento en que la serie juega con realidad y fantasía como lo hace sabemos que estamos ante algo diferente. Porque pocas series tienen el honor de haber conjugado dos temas tan distantes y dispares y hacer (y parecer) que la cosa funcione. Y por eso se explica que la gente fuera abandonando la serie, porque es una serie demasiado especial, demasiado rara, demasiado atípica. Yo en parte les excuso. Me imagino a una persona que ve por primera vez Carnivàle y ve al Padre Justin dando un discurso propio del conservadurismo eclesiástico para que momentos después le de un ataque, se le pongan los ojos negros y la señora que tenía enfrente empiece a escupir monedas por la boca. Es demasiado surreal y es muy fácil hoy en día cambiar de canal.

Pero sin duda el mayor acierto de Carnivàle como serie es su retrato del bien y el mal y el trasfondo de crítica social que esconden sus diálogos. De lo primero baste decir que su tratamiento es simplemente perfecto. Al igual que pasa siempre, se forman dos bandos casi de manera espontanea pero Carnivále se mueve más por tonalidades grises que de blancos y negros. Muchas series que han tratado el bien y el mal han acabado fracasando o no han sido capaces de hacer llegar el mensaje mientras que aquí el tema se desarrolla de una manera muy espontanea. Cualquier personaje que está en pantalla te está transmitiendo lo mejor y lo peor de él, todos son un retrato vivo de lo bueno y malo del ser humano, el gran tema referente de la serie. Tanto es así, que los temas principales como el de Scudder, el patrón o el origen de Sofie pasan a un segundo plano en interés cuando vemos por ejemplo, las andanzas de Iris, los últimos gestos de Justin (Clancy Brown se sale) o ver las idas y venidas de los Dreyfuss.

Problemas también los ha tenido esta segunda temporada. El primero y el que sigo creyendo con total seguridad que es el causante del descalabro (por mucho que digan que era cara de producir etc,etc.) es que es una serie muy lenta. Todo va transcurriendo, el guión no se detiene pero se gastan minutos en miradas, en paisajes, en conversaciones poco trascendentes que pondrán de los nervios al más impaciente o aburrirá a aquellos que prefieren más ritmo. Y luego tiene un segundo que es la repetición de patrones. En general no me ha disgustado del todo pero entiendo que a mucha gente le canse como Rita Sue y Stumpy “siempre” están igual o ese grupo de secundarios que se quedan de meros observadores ante todo lo que ocurre (un poquito más de Lila, Ruthie o Samson no hubiera estado mal). Luego está el final, demasiado imperfecto y poco aclarativo (aunque no menos especial) pero supongo que poco margen tuvieron para cerrar algo como Carnivàle (me reservo una tercera entrada para hablar del final). Todo lo demás impecable como siempre: brillante diseño de producción, grandísima música la de Jeff Beal y unos actores en perfecto estado de gracia (Clancy Brown y Amy Madigan son pura crema).

De todas formas que no os de miedo comenzar esta serie cancelada, es más, yo la recomiendo bastante más que otras que sí tienen final (xD). Calidad asegurada, sello HBO, historia realista y sobrenatural. ¿A qué esperáis?

Salu2!

PD: Y las promos una maravilla

3 comentarios:

Jeparla dijo...

Una maravilla. Poco más que añadir. Y sí, el problema fue que era un poco lenta.

Anónimo dijo...

Perdón por el offtopic, pero quería decirte que disfruté mucho de tus post sobre Buffy y agradecería que no los abandonaras. Me gusta mucho el estilo que tienes al momento de escribir, pero hay muchas cosas sobre las que no puedo opinar ni entender por estar dedicándome al retro (gaming/series/anime/cine). En cambio con Buffy, estamos en sintonía. Un saludo, Cedric.

Xesu dijo...

Jeparla. Sí, es el gran lastre de la serie y por la cual le costó conseguir audiencias sólidas, por la lentitud. De hecho, en la segunda temporada repiten algunos temas en demasía y aburre incluso. Pero solo por el final "no definitivo" merece la pena.

Cedric. Hola Cedric. Claro, aún tengo prevista una o dos entradas para cerrar el ciclo Buffy.

Un saludo!