Me gustaría dedicar alguna entrada a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, una cita que ha venido precedida de mil polémicas y de las que todavía no se ha desquitado ni mucho menos. Bien conocidos son el caso del Tíbet o la más reciente censura a un medio como internet con el agravante que suponía para los medios allí desplazados. Esto último se ha medio solucionado tras meter mano directa en el asunto el propio COI pero bueno, problemas aparte hoy han comenzado los JJ.OO con una ceremonia realmente espectacular.
Se venía diciendo que los juegos de China no iban a pasar desapercibidos y hoy en su ceremonia de inicio han dado una lección de maestría visual que ha puesto el listón bastante alto para los ingleses en 2012. Y es que claro, cuando tienes de director de orquesta a Zhang Yimou, experto en estos avatares, el resultado final acaba siendo de una gran maestría artística. Excelentemente pulida, plagado de mensajes, con música y sin música, tirando de luces cuando era necesario o sin luces cuando no lo era, pirotecnia sublime, espectáculos bien acompasados y bien narrados, tirando de tecnología si era el caso (especial atención a ese globo terráqueo emergente) y de una originalidad soberbia.
El toque oriental en todo momento luce magno hechizando al menos interesado y fascinando al convencido por este dragón asiático. Cuadros sobre Confucio, aproximaciones a la naturaleza y los elementos o un homenaje a la fuerza del Tai-chi. Luego tampoco ha faltado la música y tremendas y masivas escenografías acompasadas bastante bien decoradas sin olvidar un emotivo recuerdo por lo sucedido en Shichuan.
Pero la cosa no acaba aquí… discursos de personalidades y juramentos de deportistas y jueces aparte, venía el momento del pebetero. Estaba altísimo y no había pistas sobre su encendido. Llega Li Ning (gimnasta con 3 medallas de Los Angeles 84) y lo comienzan a subir pero no unos pocos metros sino hasta los mismos lindes del estadio y mientras un pergamino superpuesto se abría y le iba guiando el paso, Ning comenzaba a "correr/flotar" por toda la cornisa como si de una carrera se tratara hasta que se ha acercado al pebetero y, mediante una llamarada tremenda, ha encendido la antorcha de unas dimensiones bastante considerables. Sin duda un espectáculo para los ojos bastante emocionante. El único aspecto que resulta cansino es (y siempre lo será) el desfile de los países pero siendo esto cada cuatro años no seré yo quien objete nada sobre eso.
Después de esta declaración fanática por la ceremonia, unas fotos para acompañar.
PD: ¡Esperemos que sigan así de bien estos juegos gigantescos!
2 comentarios:
Tienes un premio que recoger en mi blog ;)
Siento no haberte contestado antes daicon pero las vacaciones son lo que tienen xD Muchas gracias por el premio y sobre todo bienvenido de nuevo. Te re-linko sin falta ^^
Salu2!
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