Criticas cinéfilas (XLI): Moon

Director: Duncan Jones

Año: 2009

NOTA: 8,5

No está siendo nada malo este último cuatrimestre del año en cuanto a propuestas de cine de ciencia-ficción se refiere y eso que aun tenemos en la recamara la mediática Avatar de Cameron pero ya habrá tiempo para hablar de ella. De la que sí puedo hablar es de Moon, la opera prima de Duncan Jones (hijo de David Bowie) y que si veis por vuestros cines (difícil porque la distribución de copias ha sido penosa) no perdáis la oportunidad de echarle un vistazo. Ha sido la ganadora de Sitges y es una de las películas que más me han gustado en este 2009.

A veces me hago cruces de cómo es posible que con cinco millones escasos de presupuesto salgan películas como Moon. Vale que la propuesta es mucho más intimista e independiente y que tal vez no requiera grandes alardes pero es que me maravilla ver propuestas interesantes y de calidad como ésta manejando cifras tan irrisorias. Encomiable y elogiable hasta reventar. Pero podríamos decir que ese no es el único punto destacable de la película ya que tiene varios más. El primero es su historia. Hablar de la historia me resultaría imposible sin destrozaros todo el argumento así que voy a intentar hablar más de lo que me ha transmitido y menos de lo que pasa pero por si acaso, aviso que algo se me puede colar.

Lo que me ha transmitido es pura humanidad. Esta película está pensada no para que nos pongamos a indagar en los misterios que esconde sino para que nos pongamos en el lugar de Sam Bell, en preguntarnos si podríamos encajar algún tipo de soledad absoluta o si podríamos encajar un golpe como el que le revela Gerty como el que va a mear. Y seguramente por eso el director nos descrubre el misterio por las buenas porque a él eso le daba igual, él quería investigar en la reacción del protagonista y en sus pensamientos ante lo que pasa. No había más. Y algo consigue cuando al salir del cine sigues pensando en ese personaje engañado y torturado y en su historia. Para conseguir transmitir todo eso te hace falta un gran actor y aquí Sam Rockwell se confirma por si alguien teníamos dudas. Solo le había visto en la gran El asesinato de Jesse James y en Frost/Nixon pero aquí es el amo total y absoluto. Carga él solo con toda la película y transmite perfectamente cada situación. Genial actor.


Hora y media de duración donde el ritmo tambalea en algún momento pero totalmente justificado por el tipo de historia en la que estamos. La historia de Sam Bell es el monologo de un astronauta solitario que debe aceptar la realidad que vive desde hace casi tres años por lo que es normal que después de 90 minutos viendo la misma cara algo de hastío podamos llegar a sentir pero como digo, la propuesta era esa y no otra. No me he sentido ni engañado ni decepcionado, más bien al contrario. Quería ver algo diferente. Por otro lado, la historia está muy bien contada y aunque es verdad que el director va jugando a confundirnos con lo que realmente está pasando, la revelación al final la aceptamos como buena y el que no sea demasiado original es lo de menos. Como decía arriba, al final el objetivo era otro.

Los homenajes se respiran por todos los lados y los que nos vienen a la cabeza tal vez sean dos: 2001 de Kubrick (Gerty es una especie de HAL pero con emoticonos del messenger y con la voz de Kevin Spacey) y a Alien por la puesta en escena en algunos momentos (esos pasillos). También podríamos encontrar alguno a Blade Runner bastante evidente. Y la banda sonora es de Clint Mansell. Funciona a la maravilla. Hay un plano de la Tierra que mezclado con los sonidos profundos e inquietantes de la música de este señor es alucinante.

Como la distribución ha sido tan cutre, si no podéis verla en el cine pilláosla en dvd porque es ciencia-ficción a la antigua usanza, de esa de cuatro duros, decorados vintage y maquetas. Una ópera primera con sus errores y virtudes pero que sorprende para bien por su fantástica propuesta. Ojalá llegarán más cosas de estas.

Salu2!

PD: Seguiremos tu andadura de cerca Duncan Jones...