Dirección: Christopher Nolan.
Países de realización: USA y Reino Unido.
Año: 2006
Genero: Thriller con drama
NOTA: 8
Países de realización: USA y Reino Unido.
Año: 2006
Genero: Thriller con drama
NOTA: 8
The Prestige narra la vida de dos asistentes de mago, Robert Angier (Hugh Jackman) y Alfred Borden (Christian Bale) que inicialmente comenzarán como compañeros y cómplices en el mundillo de la magia pero a raíz de un determinado acontecimiento comenzarán su vida profesional por separado forjándose una rivalidad prácticamente enfermiza por conseguir el mejor truco de magia. Estamos en el Londres de finales del XIX y hay que comer y si debes hacerlo de la magia debes ser el mejor. Bajo esta premisa un tanto contundente se fragua la enemistad de los dos magos y una historia tan intensa como interesante.
Irremediablemente he vuelto a caer en las manos del señor Nolan y en su genialidad a la hora de mimar guiones. La historia es una adaptación de la novela de Christopher Priest pero la película está plagada de un estilo muy particular, el estilo de los Nolan. Te meten información (mucha incluso), se desvían hacia los personajes y los perfilan. Luego comienzan a contarte la trama a medias para que el espectador participe y se sienta atraído por los contenidos y cuando menos lo esperas meten el giro argumental que te dejará pensando de nuevo y con el que deberás atar todos los cabos sueltos. Con “El Prestigio” les ha salido bien la estrategia ya que el formato de la trama se presta mucho a ello e invita a pensar y a recapitular toda la información que ha ido dejando caer la película.
Otro dato interesante cuanto menos del guión es esa especie de dualidad omnipresente en la película. Los dos compiten aguerridamente por el mejor truco, los dos sufren y sacrifican cosas, los dos deben hacer compatible su vida y sus relaciones personales…etc. Es una dualidad perversa en busca de un éxito desmesurado el cual no parece ser el objetivo final sino solo un medio para continuar la disputa.
Luego también tiene a su favor otros factores importantes que podrían resumirse en tres: ambientación, montaje y personajes. En el primero de ellos habría que detenerse y darse cuenta de que más allá de un guión bien formado hay una ambientación efectiva y efectista. Esta es una de esas películas que te convence por determinados argumentos y uno muy importante es el visual. Si hablamos de magia una obligación de la película es que conquiste por los ojos y vaya si lo hace. Desde las escenografías pasando por los decorados o la ambientación transmiten la tensión que se requiere y si además colabora un buen vestuario mejor que mejor.
Otro elemento fundamental es el montaje. Creo que es el punto fuerte de la película y me explico. Se nos podría haber narrado esta historia de una forma lineal y sin grandes aspavientos pero aquí, como si de un truco de magia se tratara, te van llevando de un sitio a otro y no debes perderte. Puede que te estén contando algo ya pasado (flashback al canto) o bien te sitúan momentos antes de un hecho para dar otro salto pero tú debes imaginar lo ocurrido posteriormente o de lo contrario no podrás enlazar con otras informaciones.
Por último una breve mención a los personajes. Todos están bien y si habría que sacar un pero sería el papel de Scarlett Johansson, un papel necesario pero con función de maniquí que no acaba de funcionar del todo, de hecho el breve papel de Rebeca Hall deja mejores sensaciones. Luego tenemos al tándem de magos encarnados por Hugh Jackman y Christian Bale. Ambos están sensacionales y bordan bien sus papeles. Los dos transmiten la genialidad de su magia pero no cabe duda que cuando realmente brillan es cuando entran en esa especie de decadencia personal. Luego tenemos las apariciones del gran Michael Caine (Cutter), que esta vez ejerce de hombre mediador relativamente “retirado” de la magia. No sé qué ocurre con Caine pero su personaje vuelve, como si de un Alfred se tratara, a llenar la pantalla cada vez que habla. Parece que Nolan sabe explotar bien las facetas del actor que al igual que Bale repiten con el director tras Batman Begins. Y he dejado para el final al misterioso Tesla, personaje encantador y perturbador a partes iguales que tiene un peso vital en la historia y que ha sido interpretado por (atención) David Bowie. Te gana con su aparición pero resulta tan inquietante y tan determinante que simplemente diré que está correcto.
En definitiva, una película de 128 minutos (buena duración) que sencillamente cautiva y no te suelta hasta el final, que compitió con El Ilusionista y salió ganadora (me convenciste menos Edward, lo siento) y que sigue consolidando a los Nolan como referentes de su generación ya que “El Prestigio” se suma a otros títulos de cierto calado como Memento o Insomnia. Si os fascinan los thrillers y la magia, esta es vuestra película. Recomendable 100 %.
Salu2!
PD: Y nada, quedaos con otra frase de Cutter para darle al coco:
Irremediablemente he vuelto a caer en las manos del señor Nolan y en su genialidad a la hora de mimar guiones. La historia es una adaptación de la novela de Christopher Priest pero la película está plagada de un estilo muy particular, el estilo de los Nolan. Te meten información (mucha incluso), se desvían hacia los personajes y los perfilan. Luego comienzan a contarte la trama a medias para que el espectador participe y se sienta atraído por los contenidos y cuando menos lo esperas meten el giro argumental que te dejará pensando de nuevo y con el que deberás atar todos los cabos sueltos. Con “El Prestigio” les ha salido bien la estrategia ya que el formato de la trama se presta mucho a ello e invita a pensar y a recapitular toda la información que ha ido dejando caer la película.
Otro dato interesante cuanto menos del guión es esa especie de dualidad omnipresente en la película. Los dos compiten aguerridamente por el mejor truco, los dos sufren y sacrifican cosas, los dos deben hacer compatible su vida y sus relaciones personales…etc. Es una dualidad perversa en busca de un éxito desmesurado el cual no parece ser el objetivo final sino solo un medio para continuar la disputa.
Luego también tiene a su favor otros factores importantes que podrían resumirse en tres: ambientación, montaje y personajes. En el primero de ellos habría que detenerse y darse cuenta de que más allá de un guión bien formado hay una ambientación efectiva y efectista. Esta es una de esas películas que te convence por determinados argumentos y uno muy importante es el visual. Si hablamos de magia una obligación de la película es que conquiste por los ojos y vaya si lo hace. Desde las escenografías pasando por los decorados o la ambientación transmiten la tensión que se requiere y si además colabora un buen vestuario mejor que mejor.
Otro elemento fundamental es el montaje. Creo que es el punto fuerte de la película y me explico. Se nos podría haber narrado esta historia de una forma lineal y sin grandes aspavientos pero aquí, como si de un truco de magia se tratara, te van llevando de un sitio a otro y no debes perderte. Puede que te estén contando algo ya pasado (flashback al canto) o bien te sitúan momentos antes de un hecho para dar otro salto pero tú debes imaginar lo ocurrido posteriormente o de lo contrario no podrás enlazar con otras informaciones.
Por último una breve mención a los personajes. Todos están bien y si habría que sacar un pero sería el papel de Scarlett Johansson, un papel necesario pero con función de maniquí que no acaba de funcionar del todo, de hecho el breve papel de Rebeca Hall deja mejores sensaciones. Luego tenemos al tándem de magos encarnados por Hugh Jackman y Christian Bale. Ambos están sensacionales y bordan bien sus papeles. Los dos transmiten la genialidad de su magia pero no cabe duda que cuando realmente brillan es cuando entran en esa especie de decadencia personal. Luego tenemos las apariciones del gran Michael Caine (Cutter), que esta vez ejerce de hombre mediador relativamente “retirado” de la magia. No sé qué ocurre con Caine pero su personaje vuelve, como si de un Alfred se tratara, a llenar la pantalla cada vez que habla. Parece que Nolan sabe explotar bien las facetas del actor que al igual que Bale repiten con el director tras Batman Begins. Y he dejado para el final al misterioso Tesla, personaje encantador y perturbador a partes iguales que tiene un peso vital en la historia y que ha sido interpretado por (atención) David Bowie. Te gana con su aparición pero resulta tan inquietante y tan determinante que simplemente diré que está correcto.
En definitiva, una película de 128 minutos (buena duración) que sencillamente cautiva y no te suelta hasta el final, que compitió con El Ilusionista y salió ganadora (me convenciste menos Edward, lo siento) y que sigue consolidando a los Nolan como referentes de su generación ya que “El Prestigio” se suma a otros títulos de cierto calado como Memento o Insomnia. Si os fascinan los thrillers y la magia, esta es vuestra película. Recomendable 100 %.
Salu2!
PD: Y nada, quedaos con otra frase de Cutter para darle al coco:
Todo truco de magia consiste en tres partes o actos:
La primera parte se llama “La Promesa”. El mago muestra algo común. Un mazo de cartas, un pájaro o un hombre. Te muestra el objeto. Quizá te pida que lo inspecciones, para que compruebes que es real, sin alterar, normal. Pero por supuesto, probablemente no lo sea.
El segundo acto se llama “El Giro”. El mago hace que el objeto común haga algo extraordinario. En este momento buscarás el secreto, pero no lo verás, porque, por supuesto, no estás realmente buscándolo. No quieres encontrarlo en realidad. Quieres ser… engañado. Pero no aplaudirás aún, porque hacer desaparecer algo no es suficiente. Tienes que volverlo a mostrar. Es por eso que todo truco de magia tiene un tercer acto. La parte más difícil. La parte que llamamos “El Prestigio”.
La primera parte se llama “La Promesa”. El mago muestra algo común. Un mazo de cartas, un pájaro o un hombre. Te muestra el objeto. Quizá te pida que lo inspecciones, para que compruebes que es real, sin alterar, normal. Pero por supuesto, probablemente no lo sea.
El segundo acto se llama “El Giro”. El mago hace que el objeto común haga algo extraordinario. En este momento buscarás el secreto, pero no lo verás, porque, por supuesto, no estás realmente buscándolo. No quieres encontrarlo en realidad. Quieres ser… engañado. Pero no aplaudirás aún, porque hacer desaparecer algo no es suficiente. Tienes que volverlo a mostrar. Es por eso que todo truco de magia tiene un tercer acto. La parte más difícil. La parte que llamamos “El Prestigio”.
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