Director: Mike Newell
Año: 2010
NOTA: 5,5
Año: 2010
NOTA: 5,5
El año pasado fuimos participes de otra adaptación videojueguil a la gran pantalla, el mítico Prince of Persia. Cuando cine y videojuegos se conjugan suelen pasar dos cosas: que la crítica destroza y que el seguidor del videojuego se decepciona porque no experimenta la fidelidad que disfrutó en su día con el mando en la mano. Es la típica hoja de ruta. Pero tampoco quiero ser muy restrictivo, hay otro grupo, tal vez el mayoritario, que si se olvida de que es una adaptación y entra en la sala sabiendo que el guión es una simple y llana sucesión de eventos ya vistos desde otro ángulo (pero en esencia el mismo de siempre), lo mismo se topa de cara con el entretenimiento más sincero.
Para mí eso es Prince of Persia, una película entretenida. Ya está. Cuando finalizaba el año muchas páginas webs y parte de la blogosfera dedicados al cine sacaban sus listas de lo mejor y peor del año saliente. En algunas situaban a este Prince of Persia dentro de las peores por decepcionante y no sé cuantos adjetivos poco glamurosos más. Yo lo leía con algo de estupor porque parecían que esperasen la joya de la corona del séptimo arte y no es más que una superproducción que busca hacernos pasar un buen rato, pasar dos horitas de evasión y ya está. Ni al día siguiente tendrás la excitación de haber visto una gran obra ni tampoco te sentirás estafado. Esto me lo esperaba desde el momento en que vi quien era el productor, nada más y nada menos que el pirotécnico número uno: Bruckheimer. Este señor se gasta millonadas autenticas en estas películas, el público responde y salvo excepción, suele entretener a diferencia de otros productos de corte similar provenientes de gente como Bay o Emmerich que tienden a generar bastante bilis en los espectadores. Algo hará bien el tal Jerry.
En cualquier caso aunque la película entretenga no quita que sus giros de guión rechinen por los cuatro costados, que sus personajes están lejos de ser recordados (Gylenhaal le imprime poco carisma, Gemma Arterton está algo estereotipada y Ben Kingsley hace lo que puede. Parece más razonable que destaquemos a Alfred Molina y sus avestruces). A Newell se le nota incomodo en todo este espectáculo de efectos sobresaliente (se nota en un montaje flojo) y solo saca lo mejor de sí mismo cuando decide meterle ritmo a la película, el gran exponente de que funcione todo esto ya que persecuciones y flipamientos in extremis tiene para regalar si quiere. Además, convence su puesta en escena, fotografía, vestuario y música, con un Gregson-Williams que no decepciona aunque tampoco sea de sus mejores partituras.
En fin, producto Bruckheimer o lo que es lo mismo: espectáculo visual, grandes locuras aventureras y divertimento sin pretensiones. Le cuesta y mucho mirar cara a cara a productos como las primeras partes de Piratas del Caribe y La Momia pero que nos quiten lo bailao.
Salu2!
PD: Y la siguiente: El Discurso del Rey.
2 comentarios:
A mi esta no me gustó nada, suspenso rotundo.
Sabía que no iba a ser una gran película, pero me esperaba al menos un gran entretenimiento (suponía que Bruckheimer la habría cuidado mucho con visos a sacar una nueva franquicia), pero accion, humor y desarrollo me parecieron todos torpes.
pd: con ganas de leer la siguiente, que es una película a la que le tengo ganas.
¿Tan poco te gustó? Realmente es verdad que es muy floja pero a mí sí me entretuvo, algo habitual que me pasa con las propuestas de Bruckheimer. Todo muy palomitero, para pasar el rato, poco memorable y diseños de producción muy competentes. Es el guión y la falta de química con los personajes lo que realmente suspendería de esta peli.
Salu2!
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