lunes, 26 de noviembre de 2012

Críticas cinéfilas (83): Skyfall


Director: Sam Mendes
Año: 2012
NOTA: 7


He visto bastantes películas de James Bond, el numero ahora no lo recuerdo pero muchas, de todos y cada uno de los interpretes que se han metido en la piel del espía británico (hasta de la de Lazenby) y esta Skyfall puede pasar tranquilamente por una de las mejores. La llegada de Craig a la saga y la de algún productor de mente abierta a la Metro Goldwyn ha conseguido que James Bond respire de manera diferente, más realista y sucia si se quiere, pero diferente que es lo importante. Casino Royale fue un punto de partida inmejorable, luego llegó la decepción supina e infumable de Solace pero ahora, con Sam Mendes llevando el carro, ha salido esta Skyfall que sin ser superior a la primera parte de esta trilogía (tener a Eva Green, acción y guion suele dejar el listón alto) sí es lo que una película de Bond debe ser, o al menos lo que esperas de esta nueva hornada. Bond debe estar obligado a despeinarse y sangrar para olvidar cuanto antes la sombra de los Moore y Brosnan.

Lo primero que conviene señalar es que me ha seducido y mucho esa especie de introspección hacia el personaje protagonista que no se veía desde hace eones. 007 ya sabemos como es pero Daniel Craig aquí transmite como nunca que el superespia es humano y que como tal puede tener momentos de debilidad. Creo que humanizar al personaje es lo mejor de esta película, más allá de que siempre se podía haber hecho algo mejor de lo que Mendes consigue finalmente. Pero me conformo. Y luego continúa esa introspección a detalles del pasado, a personajes cercanos a Bond o al propio MI6, que también me ha parecido todo un acierto (es raro ver como Bond queda relegado por M en protagonismo y no echar de menos en absoluto el esmoquin ni las pistolas). También hay un villano convincente y bastante tocapelotas que facilita que la elección del casting haya sido para mi gusto muy acertado (aunque a Bardem le pongan peinados infumables). 

La película es de acción desde el mismo inicio. La persecución por Estambul ya te pone las pilas nada más empezar y tenemos ritmo y entretenimiento para todo el resto de la película. Hay quien dice que la acción en esta trilogía está desmedida, que esto no es Bond, que hay demasiada violencia, que es impersonal y que si le cambiamos el nombre y le ponemos Jason Bourne aquí nadie se percata. Bueno, es posible pero yo agradezco estos cambios. Agradezco que haya un Bond para cada época y ya será el público quien decida qué hacer o no con la saga si no le gusta los derroteros por los que tira. Yo prefiero mucho estos ritmos y estas formas porque para mi estaba demasiado estancada ofreciendo siempre el mismo producto y por ello muchos ya ni nos lo tomábamos en serio. 

Luego tenemos a Sam Mendes que ha sabido imprimir a la película ese tono de jugueteo con el cine negro, más oscuro si se quiere, que tan bien le ha sentado y de la que algo ya tenia la época Connery. Además discrepo con que el humor de esta película sea inexistente habiendo algunas escenas bastante buenas (sí mejorables) pero de comedia al fin y al cabo. Visualmente además es magnética, sabe embelesar como quiere y cuando quiere, desde los neones de Shangai a los túneles de piedra lúgubres de Escocia. En resumidas cuentas, técnicamente es sensacional. Y luego los actores están todos en su sitio y además bien, dotando de integridad al film. Especial mención a Judi Dench

Lo único malo y que le resta puntos son dos cosas: 

1. Bajón hacia el final. Aunque entretenido su clímax no deja de languidecer algo respecto a sus inicios, mucho más interesantes. 

2. Personajes secundarios no aprovechados. La película empieza a presentar a personajes que no acaban de cuajar en la película según pasan los minutos. Es posible que el objetivo sea el potenciarlos algo más en futuras películas pero por ahora, más allá de sus presentaciones, se han quedado algo huecos. 

En fin, nos hemos quitado el mal sabor de boca que dejó Quantum of Solace que era el principal objetivo de esta Skyfall. Superado este paso, creo que esta Skyfall es un buen camino para seguir con la franquicia siempre que mejore lo mejorable, por supuesto. A ver por donde nos salen en próximas entregas. 

Salu2! 

PD: ¡Y temazo pegadizo de Adele en los créditos, muy cools por cierto!

miércoles, 14 de noviembre de 2012

De 'vampires' y otras criaturas (1)



True Blood (S1-S2-S3-S4)

Si hay una cosa que no esperaba de mi mismo era viéndome series de vampiros y otras criaturas diversas. Empecé hará más de un año con la entrañable Being Human de la BBC, coquetee con la primera temporada de “The Vampire Diaries” y he acabado inmerso con la requeteconocida serie True Blood de la HBO. De esta ultima es precisamente de la que os quiero hablar un poco dado que es la única de todas ellas que he podido ir siguiendo con algo más de ritmo. 

No os voy a engañar. Si había algo que me atraía de esta serie muy por encima de su temática y la cadena que la emite es el nombre de su creador: Alan Ball. Este señor venía de firmar cosas como la inmensa Six Feet Under (historia de la televisión para un servidor) y la lógica dicta que las expectativas estuvieran por las nubes. Pues bien, True Blood no es que me haya decepcionado pero sí te hace tocar de pies con tierra, una serie que si bien entretenida no pasa por ser algo memorable y que se percibe más como un simple pasatiempo que por algo que realmente merezca la pena. Alan Ball en esta ocasión tiene un libreto en el que basarse: la serie literaria “The Southern Vampire Mysteries” de la autora Charlaine Harris. Sus personajes están basados en los libros aunque hace tiempo que ambas tomaron caminos diferentes y no sé si para mejor o peor porque no he tenido el placer de leer ningún libro de esta serie. En cualquier caso lo que me interesa comentar es el desarrollo televisivo de las cuatro temporadas que he visto (sé que hay una quinta finalizada y una sexta en preparación) y lo resumo tal que así: 

Personajes. Si de Alan Ball esperaba algo es que dejara su rastro inconfundible sobre los personajes y la verdad es que el sello está, especialmente en las primeras temporadas. Personajes bastante maltratados, hundidos en la miseria, que no les faltaba otra que vivir en un pueblucho como Bon Temps lleno de seres sobrenaturales y que sin embargo salen adelante y tienen personalidades muy definidas y variopintas. Para mi es el punto más destacable de esta serie a pesar de que la cosa haya degenerado bastante. En cualquier caso la amplia plantilla de personajes principales y secundarios permite que cuando alguna subtrama aburre otra resulte más gratificante lo cual siempre acaba dando oxigeno a la serie. No me decanto por ningún personaje porque me gustan y los odio a partes iguales prácticamente a todos. 

 Argumento. Por lo que he podido ver las temporadas tienen un patrón similar donde “alguien” o “algo” crea desconcierto en el pueblo y la cosa se va liando hasta implicar a gran parte del casting principal. Por lo general abundan mucho las tramas sobrenaturales mezcladas con los amoríos varios y un suspense contenido que nunca invita a querer saber más. En general, todas las subtramas son muy accesibles porque se van anticipando con facilidad. Sí me gusta la visión crítica que tiene de algunos aspectos de las sociedad norteamericana y como los saca a relucir. Y no me gusta la cantidad ingente de fanservice barato que tiene que llega a resultar hasta ridículo. Ya conocemos a la HBO y su “cuota/tasa” de tetas y culos por capitulo en sus series pero aquí ya resulta demasiado gratuito. Está bien que funcione como reclamo morboso pero pasarse lo veo contraproducente. 

Valores producción. La serie maneja diversos escenarios y técnicamente es decentilla aunque desde luego no son las partidas que más gasto deben generar del presupuesto. 

En fin, le podéis dar una oportunidad porque la serie ofrece más de lo que parece en un principio pero no le está sentando especialmente bien el tiempo que lleva en emisión (y eso que no he visto la quinta todavía). Si toleráis el fanservice y os va lo sobrenatural (punto a favor que no se quede únicamente en vampires y hombres lobo) True Blood puede ser una opción. ¡Ah, y los colmillos hacen “clec” cuando salen! (razón de peso). 

Salu2! 

PD: ¡Y sale Evan Rachel Wood!

lunes, 5 de noviembre de 2012

¡No cambies Shigeru!



Hoy podría haber hablado de muchas cosas: del Resident Evil Revelations, de lo troll que es Kubo Tite, de los 112.000 visitantes al Salón del Manga de BCN (¡joder, creo que solo faltaba yo O_O!), del asco políticos que tenemos, del sonido irritante que hacen los colmillos en True Blood o de alguna película de mi recamara pero lo cierto es que me apetece dedicar un editorial al señor Miyamoto que lo hemos tenido aquí recogiendo el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2012 y me parece reseñable.

Shigeru Miyamoto para mí es un referente cultural. Así, en plata. Un hombre cuyas creaciones han traspasado tiempos y barreras para instalarse en la sociedad tiene que serlo. Él quería dibujar manga y acabó dibujándolo electrónicamente, y como ha reconocido en multitud de ocasiones, no le detuvo para continuar desarrollándose como ilustrador y perfeccionar su capacidad de expresión. Es un hombre que continua expresándose a través de sus creaciones, como todo artista que se precie y que sigue buscando nuevas formas de hacerlo. Alguien así merece todos mis respetos y entiendo su trascendencia dentro del mundo del videojuego donde ha sido exponente fundamental en su concepción. Y aunque para muchos ya es historia, para mí sigue siendo alguien de mucha relevancia que sigue con ganas de embarcarse en proyectos novedosos y trabajar sobretodo para que el videojuego sea cada vez más reconocido por todo el mundo. Se merece el premio este, los que ya tiene y los que estén por llegar. Porque uno puede no estar de acuerdo con que el videojuego abra vías para su reconocimiento social pero sí debería reconocer el camino del señor Miyamoto, es decir, el de la búsqueda y entendimiento que esta industria, que mueve más pasta que la cinematográfica, deba quitarse caretas y responder a aquellos que lo miran con cierto desdén e incluso desprecio. Hace poco leía en prensa generalista que cubría el evento de los Príncipes de Asturias que el videojuego era violencia y pasatiempo improductivo y lo complicado que resultaba encuadrar la figura de Shigeru en estos certámenes. Así tal cual, obviando las generaciones que con Marios, Zeldas, Donkey Kongs y demás fauna han crecido y se han divertido e incluso se han “socializado” (este concepto que tanto le gusta a Iwata) con otros compartiendo sus experiencias y emociones. Por esto se premia a ‘Miya’, por crear experiencias para la gente, por abrir mercados y mentalidades e ir abandonando el inmovilismo y el oscurantismo de algunos que se preocupan en exceso de que Pe y Mo jueguen con el nuevo Layton y no del flaco favor que hacen a su “querida” industria mirándose al ombligo.

Será muy difícil que el videojuego obtenga reconocimientos generalistas, de cierta dimensión social, que siempre estará más cerca del ocio que de la cultura y eso será así hasta el fin de los tiempos, pero si alguien ha conseguido traspasar barreras ese ha sido Shigeru Miyamoto y la gente que ha trabajado con él. A pesar de sus errores (que es humano y los tiene) no entiendo la industria sin el trabajo de este hombre y, por suerte, aún parece que hay gente que lo ve. Ahora a esperar sus próximos proyectos (Pikmin 3 retocando cositas para tenerlo en las mejores condiciones posibles en 2013 y otro proyecto del que no se sabe nada salvo que es un juego pequeño de cosecha propia). En ambos volverá a dignificar su profesión, no tengo duda.

Salu2!