domingo, 21 de julio de 2013

El final de Gantz, o una broma de mal gusto

Hace tiempo escribí esta entrada. Fue cuando decidí retomar Gantz, aunque pasado este tiempo y viendo lo acontecido, creo que no fue una decisión acertada. 

Gantz ha finalizado con la nada despreciable cifra de 383 capítulos. Y Hiroya Oku la cierra con un máximum trolling de altos vuelos. Y da igual si falta alguna que otra explicación o si directamente no hay final. Es Gantz, deal with it.

Hiroya Oku nos la ha jugado de una manera sublime. Con la historia medio atada, decidió que iba siendo hora de cerrar, y todos estábamos de acuerdo con él. Sin embargo, la última saga, se ha convertido en un ejercicio de lo que un autor no debe hacer: descarrilar cuando era imposible hacerlo. Seamos francos, de Gantz siempre hemos disfrutado su propuesta sci-fi trasnochada, su tendencia a la destrucción, el fanservice, las sensaciones al límite que producía ver a personajes defendiendo su vida…etc. Eso es Gantz. Y con repetir un poco ese esquema hubiera sido suficiente pero Oku tenía otros planes: aburrirnos hasta casi morir. Acción paupérrima, giros sin sentido, personajes florero como nunca, hechos sin acabar, momentos para mear y no echar gota (todos los de Tae) y un sinfín de penalidades. Incluso el capítulo final parece adolecer como de 20 páginas de lo mal contado y truño que es. La serie alcanzó sus topes probablemente en la saga de Osaka y el Nurarihyon. Después de aquello comenzó la caída libre. 

No pienso estirar más la agonía. Os dejo con Reika para recordar mejores tiempos. Oku, no vuelvas. Gracias.



Salu2!